JARDÍN ARTÍSTICO
Introducción
Se trata de una propuesta común que pretende fomentar desde la infancia el conocimiento y la apreciación de la música, de la danza y de las artes plásticas, iniciando al alumnado en su aprendizaje desde edades tempranas, el Jardín Artístico se concibe como una primera educación artística de carácter pluridisciplinar. Las diferentes materias se trabajan de manera conjunta, con programaciones didácticas coordinadas, es decir, se trata de un proceso globalizador con objetivos comunes para las diferentes disciplinas.
Actualmente, el Jardín Artístico se encuentra diferenciado en tres ciclos:
– De 0 a 3 años: la actividad se desarrolla con las madres y padres y consta de una hora semanal. Cada sábado una profesora de la especialidad (artes plásticas, música, danza) se encarga de la actividad.
– De 4 a 6 años: la actividad se desarrolla entre semana y son dos horas a la semana sin adultos que los acompañen. Se alternan sesiones de una hora de artes plásticas, danza y música.
– 7 años: el alumnado elige una especialidad, de forma que, cada dos sesiones de la especialidad, tienen una sesión de las otras disciplinas (por ejemplo, si eligen música, todos los martes tienen música y los jueves tienen o bien artes plásticas o bien danza).
Objetivos
• Ofrecer una educación artística pluridisciplinar desde una edad temprana.
• Fomentar desde la infancia el conocimiento y apreciación de la música, la danza y las artes plásticas, iniciando los niños en su aprendizaje desde el nacimiento.
• Ofrecer recursos y estrategias a las familias para transmitir conocimientos artísticos adecuados a las necesidades y capacidades de los niños.
• Favorecer el componente lúdico de las actividades artísticas y desarrollar el gusto por estas a través de la estimulación.
• Reforzar el vínculo afectivo del niño con su familia y reafirmar la desinhibición, espontaneidad y autonomía personal.
Contribuye a…
• Autoestima física, la ayuda a valorar sus destrezas.
• Autoestima afectiva, le permite actuar más seguro de sí mismo, ser más alegre e independiente.
• Autoestima social, fortalece el sentido del trabajo cooperativo y la solidaridad y está más abierto a la crítica.
• Autoestima ética, le permite definirse como responsable y se siente capaz de cumplir compromisos.
• Reforzar el vínculo afectivo del niño con su familia y reafirmar la desinhibición, espontaneidad y autonomía personal.